Importancia del coaching en las empresas
El coaching empresarial es clave para mejorar el rendimiento de tus trabajadores y el funcionamiento de tu empresa. Se trata de una estrategia que mejora las técnicas de producción y operatividad de tu negocio, estando para ello enfocada en generar más satisfacción en tus empleados.
Hablar de coaching hoy día es algo tan extendido y común en el lenguaje cotidiano, que muchas veces resulta difícil poder hacer una definición tan concreta de un elemento particular del mismo, en este caso, de una disciplina derivada de la acción de ejercer esta práctica, el coaching empresarial.
Confundido o mezclado en ocasiones con otras disciplinas relacionadas con el coaching y el mundo de la empresa, como pueden ser el coaching ejecutivo o el coaching organizacional, lo comúnmente aceptado es denominarlo coaching empresarial, siempre y cuando hagamos referencia al grupo de trabajadores que conforman la empresa y a las relaciones e interacciones que los envuelven en ese contexto empresarial.
Pero qué elementos caracterizan esta disciplina del coaching de una forma más concreta.
Qué es el coaching empresarial
El coaching empresarial está conformado por una serie de técnicas y herramientas utilizadas dentro de las organizaciones con el objetivo de mejorar la comunicación entre las personas, conseguir una mayor motivación laboral y mejorar el rendimiento de los empleados y equipos de trabajo. Se basa en el desarrollo de las relaciones entre los trabajadores para potenciar las cualidades de cada uno de ellos a través del bienestar personal y, por tanto, del grupo en general. La premisa es sencilla, y podríamos resumirla en una frase muy fácil de entender: si el trabajador se siente desarrollado y feliz dentro de una organización, su rendimiento y productividad serán mejores y mayores para la empresa.
En el ámbito empresarial la práctica del coaching ha de trabajarse con un plan de acción alineado con la compañía, en especial con el equipo directivo de la misma, quien ha de ser el responsable final de la implementación de este tipo de estrategias dentro de la organización.
Se aplica como un camino para obtener resultados específicos. Se busca el cumplimentar una serie de metas y objetivos programados en comunión con la dirección de la empresa, conllevando en la mayor parte de los casos la corrección en la actitud de los empleados, tanto a nivel individual como grupal.
El papel del coach aquí es clave, pues ha de saber sacar el mayor rendimiento posible de todos los que componen el entramado organizacional, incluido el equipo directivo, que aunque en este tipo de coaching queda más desmarcado de una intervención directa (para eso estaríamos hablando de acciones propias del coaching ejecutivo), sí ha de conocer las acciones a implementar y estar entrenado en el desarrollo de las mismas.
Beneficios del coaching empresarial
Imaginemos cualquiera de nuestras propias familias o grupos de amigos. Si hay buen rollo, buen clima, si las relaciones son satisfactorias y los trapos sucios se saben lavar en la cocina y de forma rápida y eficaz, esa familia o ese grupo de amigos, tendrá una larga vida en el tiempo. Por el contrario, cuando nada de eso sucede, la ruptura y las desavenencias, marcarán la pauta a seguir en el devenir de dichos colectivos. Pues en una empresa ocurre lo mismo, si las relaciones entre los trabajadores son buenas y sanas, repercutirá en un beneficio generalizado para el conjunto de la empresa.
Entre muchos beneficios podemos citar como más representativos, una mayor productividad, menor absentismo, mayor capacidad de respuesta, aumento de la creatividad y capacidades de liderazgo de los trabajadores (en especial de quienes ostentan puestos de mayor responsabilidad), detección precoz de dificultades y por lo tanto mayor tiempo para poner en marcha acciones y respuestas satisfactorias a las mismas, mejoras en las habilidades comunicativas y mayor facilidad para que aparezca el talento, etc.
Inconvenientes del coaching empresarial
Para comenzar, diría que el mayor inconveniente está en poner en manos de no profesionales, acciones de implementación de coaching empresarial (coaching en general) dentro de una empresa. Y aunque pueda parecer una obviedad lo que estoy diciendo, por desgracia es una realidad hoy día en muchos contextos y ámbitos empresariales.
Pero de una forma más concreta, quizás donde más hay que tener cuidado a la hora de realizar este tipo de acción de cambio, sea a la hora de explicar de forma clara y transparente a los trabajadores, que no somos terapeutas, que no estamos ahí para analizar sus problemas particulares o individualidades personales, estamos para trabajar por el bien de la empresa como “entrenadores especializados” y han de estar dispuestos a entrenar para saltar a jugar cada vez que sea necesario, o saber esperar en el banquillo cuando de inicio no estén alineados.
Por otro lado, tenemos que tener claro también que somos coaches, no consultores. Eso no quiere decir que pueda haber coaches que sean y ejerzan de consultores también, pero las labores de consultoría son muy diferentes de las de coaching, y si mezclamos no estaremos haciendo bien ninguna de las dos. Esto quizás sea más importante dejárselo claro a los dirigentes de las empresas que contactan con nosotros para contratar nuestros servicios.
Con ellos tendremos también que estar atentos a la hora de ver los “resultados” de nuestro trabajo. Y es que acostumbrados como pueden estar a obtener resultados cuantitativos y medibles, en nuestras acciones no siempre es tan fácil poder medir los logros obtenidos, sobre todo a corto plazo. De ahí que la mentalidad del empresario en cuestión sea un factor clave a la hora de decidirse por trabajar con una empresa en cuestión bajo este paradigma.
Cómo desarrollar el coaching empresarial en tu empresa
La forma de trabajar que sigo habitualmente en las empresas que demandan de Paco Ruiz Coach este tipo de servicios, se centra en primer lugar en realizar un análisis exhaustivo del estado o salud general de tu empresa, buscando identificar problemas, necesidades o dificultades que puedan estar teniendo los trabajadores y que entre otras cosas estén influyendo negativamente en elementos de efectividad y eficacia en tu empresa.
Para ello será importante tener unas primeras reuniones de inmersión con el equipo directivo de la empresa, y una vez obtenidos los datos necesarios, pasar a realizar entrevistas individualizadas con el resto de trabajadores que conforman la misma.
Una vez hecho este primer gran paso, el siguiente sería la elaboración de un plan de acción propio para tu empresa, atendiendo a aquellas dificultades y necesidades que se han detectado, y buscando siempre elementos de aprendizaje y enseñanza en los trabajadores, que conlleven la satisfacción de dichas dificultades no sólo ahora, sino en un futuro si se diera el caso de repetirse o aparecer otras de índole parecida.
En ocasiones y para poder implementar con más garantías de éxito dicho plan, se requiere de una inmersión intensa dentro de la propia dinámica de la empresa, pero como hemos comentado antes, dejando bien claras las funciones y roles de cada uno dentro de este plan. Insisto, somos coaches, entrenadores, no consultores ni terapeutas.
Es pues que sin el compromiso e implicación de todos los trabajadores y miembros que componen una empresa, será imposible poder obtener resultados satisfactorios. Pero está en nuestro quehacer como coaches, transmitirles la importancia de dicho compromiso, y es que ante todo somos y debemos ser, unos motivadores para el cambio efectivo.