Desarrollo personal para jóvenes.
Cambiando la mirada al mundo
Toda esta situación que estamos viviendo al enfrentarnos ante un enemigo totalmente desconocido como es el covid-19, nos debe hace reflexionar sobre muchos aspectos, si queremos que, de ahora en adelante, los daños provocados por su irrupción mundial, no se hagan permanentes en el tiempo, y en especial no sean irreversibles en lo negativo.
Este virus, esta pandemia, ha venido para quedarse. El covid-19 no está de paso, ni mucho menos. Sus intenciones no son buenas, pero sabemos que hemos de convivir con él, así que en mi humilde opinión no nos queda otra más que armarnos convenientemente para poder derrotarlo, al menos de inicio, en las miles de batallas que tendremos que confrontar con él… ganar la guerra final estará así mucho más cerca de ser plausible.
Qué es el desarrollo personal
Cuando cambias tu mirada y ves belleza donde otros ven otras cosas negativas, a quién beneficia en primer término es a ti, ya que la vida se vive de forma distinta cuando eres capaz de ver belleza a tu alrededor, incluso en situaciones y lugares tan duros como el que nos está tocando vivir.
El desarrollo personal es conocernos a nosotros mismos, para ser capaces de enfrentarnos a las distintas situaciones que nos depara la vida desde una posición totalmente personal y centrada en uno mismo.
Conocerse a sí mismo, trabajar la autoestima y ser entendedor de las virtudes y debilidades que habitan en nuestro interior, son las piezas claves para entender el concepto de desarrollo personal.
Importancia del desarrollo personal para jóvenes
Pienso que inevitablemente estamos en manos de vosotros, sí de vosotros, los jóvenes, las nuevas generaciones, la gente que de aquí a pocos años deberá ser productiva y sustentar en lo básico el crecimiento mundial, tan fuertemente golpeado por esta crisis del covid-19.
Si hablamos de presente, ahora mismo nuestras vidas, nuestro día a día, ha quedado más que demostrado que no depende de nuestros gobernantes, o al menos no en el sentido que nos gustaría. Nos hemos percatado todos que estamos en manos de la ciencia, de la medicina, e incluso de las fuerzas de seguridad. Desde esos 3 pilares estamos construyendo nuestra supervivencia, pero no hemos de olvidar que no es más que eso, supervivencia, y lo que realmente debemos construir es un futuro, mucho mejor que el que hasta ahora hemos sido capaces de construir nosotros.
En el vosotros está el futuro, nosotros solo podemos aguantar durante un tiempo las estampidas y sacudidas que, de nuestros actos, ahora somos receptores y recaudadores.
Hablar de actividades para desarrollo personal en jóvenes es un tema de vital importancia, es más, hablar de desarrollo personal en jóvenes ya se me antoja más que suficiente, sin añadir la coletilla de “actividades”, pero, qué sabemos acerca de esto…
Hemos sufrido una transición desde una generación donde la infancia, la senectud y la madurez tenían tramos muy cortos, (y es que rápidamente nuestros padres/madres y abuelos/as se convertían en población trabajadora, en padres/madres de familia con una enorme responsabilidad a sus espaladas), a tener a una población juvenil super protegida, educada desde el paradigma de “todo es poco” y “sin esperas”. Pero paradójicamente ahora nos vemos en manos de esas generaciones, de las consecuencias de nuestra educación, muchas veces egoísta, y otras irresponsable, pero en la mayoría de los casos, normalizada y socialmente aceptada. No hemos hecho más que lo que hacía la mayoría, lo que la sociedad y sus ritmos de estrés y de poder abarcar con todo, nos han abocado a hacer en muchos momentos.
El joven de hoy día se sabe joven, se cree joven, y el desarrollo personal ni le importa ni le preocupa. Y es que esa sensación de sentirse joven, es peligrosa, pues parece que va a ser eterna. Sino que no lo digan a los cuarentones como yo, que no claudicamos por mucha calvicie que luzcamos, por más velas que soplemos año tras año en nuestro cumpleaños, por más carreras de “runners” que nos empeñemos en correr, ni por más medicamentos que nos veamos obligados a tomar para paliar los “dolores” y “disgustos” del día a día.
Estrategias y técnicas de desarrollo personal en jóvenes
Falta didáctica, falta sensatez gubernamental y educacional para entender que hay que enseñar a nuestros jóvenes, determinadas “asignaturas” en las aulas, que no implican una nota final de aprobado o suspenso. Hay que enseñarles a mirar, aunque lo que vean no sea del todo agradable. Hay que mostrarles lo que el mundo les mostrará inevitablemente, antes de que la visión de la realidad les pueda parecer una imagen insuperable a la que por tanto es mejor ni mirar. Enseñar a mirar, es hacer ver lo bello de las cosas, aunque en muchas de esas visiones, sea difícil de encontrar. Cambia tu mirada y cambiará el mundo a tu alrededor, el poder de lograrlo está en ti, no es cerrar los ojos para no ver ciertas cosas, es abrirlos para poder ver las importantes.
Estaría bien pues dotar de estrategias o técnicas de desarrollo personal a nuestros jóvenes, hablar de talleres de desarrollo personal como actividades en el aula. Estaría genial contar con figuras como un coach en el terreno docente. Creo que el covid-19 y toda la barbarie que ha dejado y sigue dejando a su alrededor, ha venido para enseñarnos muchas lecciones de vida, que o aprendemos, o puede que acaben con la humanidad, al menos, tal y como la teníamos concebida hasta el momento.
Nuestros jóvenes de hoy día aprenden el desarrollo personal, de una forma nada estructurada, y totalmente improvisada. Éste les viene impuesto por las propias circunstancias personales de su vida, sin elementos de comprensión aprehendidos como para poder hacerle frente con garantías de éxito inmediato.
Cuándo enseñar desarrollo personal
Es por todo lo expuesto hasta ahora que, al joven, el tema del desarrollo personal le llega ya en una época de madurez más que avanzada, donde quizás la vida ya le ha golpeado con la suficiente fortaleza como para despertarle de su letargo emocional.
Debemos pues cambiar la visión, la mirada, adaptarnos a un nuevo mundo que nos espera donde quizás quienes mejor sepan aceptar estos cambios (y quien más rápido lo haga) saldrá enormemente victorioso. Debemos por lo tanto adelantar los periodos críticos de enseñanza de este tipo de habilidades, anteponernos a las circunstancias de la vida y trabajar desde la prevención. Debemos enseñar para prevenir, no para paliar.
Lo que más nos cuesta a la hora de elegir nuestro camino, son las pequeñas cosas que debemos dejar para poder avanzar. A menudo intentamos seguir hacia delante con todo y al final acabamos en una guerra personal, que nos deja agotados, nos debilita, y de la que a duras penas sobrevivimos si no es con daños colaterales. Toda decisión conlleva desprenderse de algo, por ello es necesario conocernos bien a nosotros mismos para que estas acciones nos afecten lo mínimo posible, y para generar a su vez el menor impacto negativo en quienes nos rodean.
Os pedimos a vosotros jóvenes, que seáis en breve nuestro nosotros, pero que lo hagáis con una mirada adaptada a los nuevos aconteceres. Mientras tanto, nosotros como profesionales que trabajamos en las emociones, en el desarrollo personal, en la terapia, intentaremos también reinventarnos, adaptar nuestra mirada hacia esos nuevos horizontes, superar esos nuevos muros llenos de pintadas y mensajes coloridos, para acertar y dar en la tecla. Ahora más que nunca entre todos debemos reconstruir un mundo al que hemos dañado, y mucho… un mundo que nos pide a gritos que le miremos de otra forma, para así poder quererlo también, de manera diferente.